Se inauguran los Estudios Lumiton (Lumi: Luz + ton: sonido), los primeros estudios modernos del país. La obra a cargo del arquitecto Ricardo Conord, es una versión a escala local de lo que habían visto en Hollywood, que cuenta con un primer estudio de filmación y laboratorio.
Como asesores, Lumiton convoca a dos grandes figuras del mundo cinematográfico extranjero: el director de fotografía John Alton, húngaro-norteamericano que había pasado por MGM y Paramount, junto al montajista húngaro Ladislao (Lazlo) Kish. Jorge Carlos Lemos queda a cargo del laboratorio. Se suma al equipo un joven apasionado del cine: Francisco Mugica.