TOKIO-GA

En su tercer diario cinematográfico, Wim Wenders sigue los pasos del gran director japonés Yasujiro Ozu, a quien describió en una ocasión como el único cineasta del que había aprendido algo. 

 «Si aún quedaran santuarios en nuestro siglo… Si existiera algo así como un tesoro sagrado del cine, para mí sería la obra del director japonés Yasujiro Ozu. Hizo 54 películas. Películas mudas en los años 20, películas en blanco y negro en los años 30 y 40 y finalmente películas en color hasta su muerte el 12 de diciembre de 1963, cuando cumplió 60 años. Si estas películas son japonesas hasta la médula, también son globales. Reconocí en ellas a todas las familias, en todos los países del mundo, así como a mis propios padres, a mi hermano y a mí mismo. Nunca antes y nunca más el cine ha estado tan cerca de su esencia y de su propósito: mostrar una imagen del hombre de nuestro siglo, una imagen útil, verdadera y válida en la que no sólo se ve a sí mismo, sino que aprende algo sobre sí mismo. La obra de Ozu no necesita mis elogios. Y semejante ‘tesoro sagrado del cine’ sólo existe en la imaginación. Así que mi viaje a Tokio no fue una peregrinación. Tenía curiosidad por ver si aún podía descubrir algo de aquella época, si quedaba algo de su obra. O si habían cambiado tanto las cosas en Tokio en los 20 años transcurridos desde la muerte de Ozu que ya no quedaba nada.” (W.W.)

Proyección en fílmico

En Cine York (Juan B. Alberdi 895. Olivos)
Entrada gratuita por orden de llegada