Me desperté temprano…

Por: Lidia Camara

Me desperté temprano, o tarde 8,30 vaya uno saber, todo depende de la hora de que nos hayamos dormido, repasé mentalmente las tareas que tenía que hacer en el día y la mayoría de ellas tenían que ver con la limpieza y la botella amarilla de lavandina.Enseguida vino a mi mente la tarea que debía cumplir que en tiempos de cuarentena se convertiría en toda una misión, debía realizar un trámite bancario, depositar un cheque, tarea de lo más sencilla y casi placentera porque me permitía dar una vuelta y mirar vidrieras por la avenida Maipú.

Me levanto de la cama, preparo mi desayuno y tomo la medicación para mi incipiente hipertensión y me doy una ducha, cuando me estoy secando el pelo en mi habitación noto que se oscurece el cielo se escucha enseguida un fuerte trueno y se largó un gran chaparrón, gran dilema,¿ arriesgarme a tomar transporte público sin estar autorizada legalmente o mojarme? ¿me atreveré a infringir la ley? perteneciente a un grupo de riesgo y sin permiso por lo menos me imaginaba unos cuántos días residiendo en Martín García.

Cuando ya estaba por desistir de ir al banco por suerte siempre que llovió, paró y decido entonces emprender, pandemia de por medio, mi tarea, que yo ya estaba viviendo como una aventura ya que no era cuestión de salir, así nomás de una, sino que iba a requerir de una minuciosa preparación, primero acordarme de llevar el vil papel, el motivo de la transgresión, o sea, el cheque cruzado, a la orden y correctamente endosado, el DNI, alcohol en gel, para las manos después  de utilizar el cajero, pañuelos de papel, no sé para qué, pero de chica me enseñaron a llevarlos, tapaboca y teniendo en cuenta que tendría que ir caminando un poco más lejos de las adyacencias de mi hogar, no vendría mal contar con algún salvoconducto, lo único que me permitirá completar con seguridad mi misión y no terminar mis días en algún lugar, lúgubre, húmedo, frío y hasta quizás atestado de otros malhechores como yo, y por lo tanto absolutamente convencida de querer seguir gozando de mi libertad y de poder volver segura al seno de mi hogar,me lavé las manos, agarré el carro de hacer las compras,abrí la puerta y salí