domingo, 17 de mayo de 2020:
No por mis venas,
no por mis arrugas
ni por mi traqueteado corazón
pero , de alguna conocida manera,
tengo algo así como 7 años.
Y a los 7 años,
se saben muchas cosas
que este Mundo no valora,
(dada la procedencia universal)
y
de este Mundo
se desconoce casi absolutamente todo
(dada la procedencia universal)
Pues bien,
en esa instancia me encuentro.
No sé nada.
Nada de lo que Conviene para hacer más confortable mi estadía en él.
O tal vez,
la premisa es falsa y
no haya venido al Mundo para estar confortable.
lunes, 18 de mayo de 2020
En un tobogán
del plexo a la panza
mis emociones,
encerradas,
suben, bajan
circulan
permaneciendo en la eternidad
Encuentro, sin saber cómo,
un breve sosiego
sin eternidad.
A penas tomo aire,
un rico café,
una luz justa
un color necesario
una conversa fracturada.
Y regreso al tobogán.
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Pienso.
Siento.
Para combatir lo que siento,
pienso.
Para combatir lo que pienso,
busco distracción.
Me calmo.
Un autómata pacífica.
Escucho las voces de la radio
meeee dueleeeee taaanto.
Siento.
Me escapo.
¡Tengo que pensar!
Impotencia
Me rebelo.
y así y así y así
y ahora,
escribo.
El Encierro precede a éste: obligado.
En un principio,
el tiempo del dolor me encerró.
Más tarde fueron los indoblegables Principios
los Valores
lo que pensaba.
lo que soñaba
obligaciones
luchas, deberes
o miedo.
En las palabras
también estuvo el encierro.
Hoy, desde este decretado encierro
aspiro a encontrar algún resquicio
de liberación.